Muchas veces los consumidores reciben mensajes contradictorios sobre los productos del mar, es decir, ¿cuantas veces no hemos escuchado, los pescados son saludables pero están contaminados, deberíamos tener cuidado con el nivel de cantidades consumo porque los recursos están sobrexplotados?.
Sin embargo, en Alaska se ofrece un nuevo mensaje muy claro y conciso, que sus productos son salubres, naturales, sabrosos, sanos y se explotan respetando concientemente el medio ambiente, ayudando así, a la salud del ecosistema sin perjudicar a la industria pesquera.
Gracias a una gestión efectivamente precisa, Alaska mantiene grandes reserva de salmón salvaje, entre otras especies. Es casi el único lugar del mundo cuya constitución prohíbe cualquier pesca que no cumpla con sus exigencias utilizando, desarrollando y manteniendo la sostenibilidad, para lograrlo han impuesto estrictas cuotas calculadas con precisión y reglamentos pesqueros muy serios.
En Alaska hay cinco especies de salmón, todos pertenecen a la familia de salmónidos (salmonidae) que sólo se encuentran en el hemisferio norte. En el océano Atlántico sólo existe una especie de salmón, el salar, y la mayoría de estos provienen de piscifactorías, mientras que todos los salmones de Alaska son salvajes.
El salmón salvaje de Alaska durante su vida, cuya duración oscila entre dos y seis años, recorren el mar de Bering y el golfo de Alaska, alimentándose principalmente de zooplancton, gambas, arenques, sardinas y calamares. Gracias a esta dieta nutritiva y al constante ejercicio, su carne posee una textura firme, un valor nutritivo excepcional y un sabor puro y natural que es muy poco probable que se pueda obtener en peces criados en piscifactorías.
Los salmones de Alaska son anádromos, es decir, desovan en aguas dulces y crecen en mar abierto, de manera misteriosa siempre regresan instintivamente a su lugar de origen o nacimiento para desovar. Los salmones del pacifico sufren cambios y transformaciones físicas radicales, debido a su fase de maduración, antes de empezar a desovar y mueren después de hacerlo.
Los salmones del Pacifico acumulan abundantes grasas y nutrientes que utilizan como sustento durante su travesía por agua dulce, ya que una vez que entran en estas aguas, dejan de alimentarse, y claro está, mientras más largo y arduo sea el recorrido de su camino, mayor cantidad de grasa tendrá cuando dejen atrás el océano y por ende estos se consideran de mejor calidad.
Dependiendo del momento y el río donde se realiza su captura, según algunos expertos de la zona, se pagan considerables sumas...
Si desean más información pueden dirigirse a http://www.alaskaseafood-spain.com/
Sin embargo, en Alaska se ofrece un nuevo mensaje muy claro y conciso, que sus productos son salubres, naturales, sabrosos, sanos y se explotan respetando concientemente el medio ambiente, ayudando así, a la salud del ecosistema sin perjudicar a la industria pesquera.
Gracias a una gestión efectivamente precisa, Alaska mantiene grandes reserva de salmón salvaje, entre otras especies. Es casi el único lugar del mundo cuya constitución prohíbe cualquier pesca que no cumpla con sus exigencias utilizando, desarrollando y manteniendo la sostenibilidad, para lograrlo han impuesto estrictas cuotas calculadas con precisión y reglamentos pesqueros muy serios.
En Alaska hay cinco especies de salmón, todos pertenecen a la familia de salmónidos (salmonidae) que sólo se encuentran en el hemisferio norte. En el océano Atlántico sólo existe una especie de salmón, el salar, y la mayoría de estos provienen de piscifactorías, mientras que todos los salmones de Alaska son salvajes.
El salmón salvaje de Alaska durante su vida, cuya duración oscila entre dos y seis años, recorren el mar de Bering y el golfo de Alaska, alimentándose principalmente de zooplancton, gambas, arenques, sardinas y calamares. Gracias a esta dieta nutritiva y al constante ejercicio, su carne posee una textura firme, un valor nutritivo excepcional y un sabor puro y natural que es muy poco probable que se pueda obtener en peces criados en piscifactorías.
Los salmones de Alaska son anádromos, es decir, desovan en aguas dulces y crecen en mar abierto, de manera misteriosa siempre regresan instintivamente a su lugar de origen o nacimiento para desovar. Los salmones del pacifico sufren cambios y transformaciones físicas radicales, debido a su fase de maduración, antes de empezar a desovar y mueren después de hacerlo.
Los salmones del Pacifico acumulan abundantes grasas y nutrientes que utilizan como sustento durante su travesía por agua dulce, ya que una vez que entran en estas aguas, dejan de alimentarse, y claro está, mientras más largo y arduo sea el recorrido de su camino, mayor cantidad de grasa tendrá cuando dejen atrás el océano y por ende estos se consideran de mejor calidad.
Dependiendo del momento y el río donde se realiza su captura, según algunos expertos de la zona, se pagan considerables sumas...
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