Ultiamente me han consultado mucho sobre el tema de emprender un sushibar, me preguntan que como lo hago o si vale la pena, si realmente es negocio, si es difícil, me suelen decir, quiero dejar mi actual trabajo para montar un restaurante, quiero hacer más dinero, o la típica frase, he comido en los mejores restaurantes del mundo, podría abrir uno que seguro tendría éxito, etc.
Cuando se comienza a pensar en montar un negocio o uno se mentaliza por primera vez en iniciar un proyecto destinado a sacar el máximo partido posible, en beneficio de una de las cada vez mayor número de pequeñas y medianas Empresas, que en definitiva, son el motor de la moderna economía, saltan irremediablemente las famosas dudas, se suele pensar muchas veces que es mejor, el ser empleado o ser empleador? prefiero ganar un pequeño y seguro sueldo fijo mensual o ganar tal vez con suerte grandes pero inconstantes sumas de dinero? y por supuesto se empiezan a valorar también los reisgos que conlleva todo lo que implica ser emprendedor, claro está, todo antes de tomar el primer paso, que cabe destacar no es el renunciar a su actual empleo por un mero sueño...
Sin embargo, debemos recordar que actualmente nos encontramos en un entorno sociocultural caracterizado por la escasa iniciativa empresarial, les comento lo que escuche en una conferencia que presencié en Europa, en donde mencionaban que actualmente en la tradición laboral, la palabra trabajar, se asocia inmediatamente a la obtención de un puesto de trabajo por cuenta ajena, claro está, que la oferta de empleo dependiente es más limitada; por lo cual no quiere decir que descienda la actividad productiva sino que las empresas prefieren subcontratar trabajo a independientes que contratar a sus propios trabajadores; es por esta razón que hay que valorar la posibilidad de trabajar para uno mismo, de auto emplearse y de proporcionar empleo en lugar de buscarlo, es decir, ser emprendedor.
Ahora bien, la creación del propio puesto de trabajo no debe entenderse sólo por necesidad y como alternativa a la escasez de oportunidades de trabajo por cuenta ajena, sino, que implica un cambio de mentalidad en la cultura emprendedora del ciudadano que busca empleo.
Tenemos que tener muy en cuenta que así como no todos podemos trabajar por cuenta ajena, muchos otros no pueden emprender y menos aún llevar por buen camino un negocio, esto no implica que algunos sean mejores que otros, simplemente son pensamientos, corportamientos e ideas muy distintas.
Es muy común encontrarse con el caso de personas que estan cansadas de la monotonía de su día a día laboral, de que las exploten, o de que su jefe infravalore su trabajo, dedicación y esfuerzo, de que otros se cuelguen la medalla de su bien mercido mérito, etc. Por tanto es muy habitual llegar a pensar en ser independientes, en ser autónomos, en ser emprendedores recompensados sobre todo económicamente por un trabajo desarrollado de una buena vez por todas, en vez de la posible injusticia de que uno como persona cobre un misero sueldo por un trabajo realizado que trae inmensas retribuciones a la empresa para la cual se trabaja. No obstante, no debemos confundir estar descontentos en el puesto de trabajo o empresa para la cual se trabaja con el autoconvencimiento de que somos capaces de montar un negocio propio.
Todos estos ejemplos cotidianos no deben ser el detonante para emprender, aunque muchos son válidos, el emprendedor debe tener como dicen algunos, madera, debe de poseer un espíritu luchador, a demás, de ser visionario, debe tener capacidad de dirigir un equipo, de tomar desiciones, arriesgar al límite, de poder manejar un negocio y no ir detras del mismo, saber llevar las riendas de una empresa y de un equipo de trabajo, tener ideas claras, conocimiento de lo que se hace y lo más difícil de todo, ser humide, saber escuchar y levantarse cada vez que se caiga, mil veces si es necesario, como dice el dicho no hay éxito sin fracaso, y creanme cuando les digo que el dicho es bastante cierto, ahora bien, tropesarce dos veces con la misma piedra, no es de muy sabios que digamos.
El ser emprendedor implica estar atento al negocio las 24 horas del día, los 7 días de la semana y las 52 semanas del año, creanme que esto es así, y más aún al comienzo de las andaduras, en lo primero que piensas al levantarte por la mañana es el negocio, durante todo el día piensas en el negocio, lo último que piensas al acostarte, es en el negocio e incluso cuandor crees que puedes dejar de tener el negocio en mente mientras sueñas, sigues soñando, así es, con el negocio, para muchos es una pesadilla y para otros es una bendición.
Esto no ocurre, como piensan algunos, porque emprendemos en un restaurante sea japonés o no, esto pasa con todos los rumbros y mercados, y sólo en los casos en los cuales se tiene éxito, porque cuando piensas en los números dejas de pensar en los negocios y te obsecionas de tal manera en sacar la empresa adelante que se te puede venir todo abajo en un cerrar de ojos. Esto suele ocurrir cuando dejas de sentir pasión por lo que realizas y se transforma en un compromiso u obligación, si después de tener el tan anhelado éxito, te levantas una mañana de la cama pensando: no quiero ir trabajar, me aburre, lo mejor que puedes hacer es vender la empresa y emprender una nueva aventura.
Muchas personas llegan a pensar que para emprender un negocio es necesario tener grandes sumas de dinero, pues yo les digo por experiencia propia que lo único que se necesita es tener pasión por lo que se hace, he conocido muchas personas que invierten considerables sumas de dinero en restaurantes japoneses y no han podido sacarlo adelante, el dinero es importante pero no lo es todo, con pasión y paciencia no hay nada imposible.
Mientras los ciudadanos de a pie disfrutan de los fines de semana, días festivos, vacaciones o temporadas, los emprendedores estamos a pie del cañon, siempre listos, sacrificando momentos de todo tipo, pero sabemos que al final del camino es muy seguro que toda la dedicación traerá su recompensa.
Esta recompensa que es muy subjetiva, para algunos se traduce en bienestar económico, pero estoy convencido que para el que realmente es emprendedor se traduce simplemente en satisfaccción personal, que muchas veces queda en el interior de cada uno de nosotros y solo muy pocas veces se puede compartir con una persona especial que logra comprender lo feliz que se siente un emprendedor al realizarse por completo, si eres uno de ellos, enhorabuena, habrás alcanzado la cima.
Particularmente he alcanzado el éxito y lo comparto con mi amada esposa, soy un emprendedor nato y feliz.